Hitler y la
Religión
1.- La posición del Partido Nacionalsocialista frente a la Iglesia.
Hitler era católico. No se trata ya de una
herencia paterna que debe mantenerse, pues si bien fue católico por
nacimiento, defendió y de forma bastante clara, su condición de tal,
pese a que ello pudiera mermarle la adhesión de los sectores
protestantes. El libro Mi Lucha, contiene puntos fundamentales en el tema
que nos ocupa: "Un caudillo político no debe mezclarse en las
cuestiones religiosas de su pueblo, pues si así procediera no sería ya
un político sino un reformador, suponiendo que tuviera las condiciones de
tal". Otro asunto que aborda Hitler en Mi Lucha, relacionado con las
cuestiones religiosas es el de la intromisión de la religión en la
política y viceversa. Hitler opinaba en contra de dicha intromisión.
Hasta aquí, un resumen de lo contenido en Mi Lucha. Pero para demostrar
que su posición fue imperturbable a lo largo de los años y que no varió
con el paso del tiempo, ya fuera en la lucha por el poder o una vez
alcanzado éste, ofrecemos algunos fragmentos de sus discursos.
El 12 de abril de 1922, al princi
pio de su
carrera política, aun antes de escribir Mi Lucha dijo en un discurso:
"Mi sentimiento cristiano me señala a mi Señor y Salvador como
luchador. Me señala al hombre que, en otro tiempo, solo, rodeado
únicamente de unos pocos seguidores, reconoció a estos judíos y llamó
a la lucha contra ellos y que, verdadero Dios, no fue el más grande
entre los mártires, sino el más grande entre los luchadores ! Con amor
ilimitado, como cristiano y como hombre, leo el lugar que nos relata cómo
el Señor acabó por arremangarse y por tomar el látigo, para arrojar
del templo a los usureros, engendro de vívoras ! Reconozco su lucha
gigantesca por este mundo contra el espíritu judío, despues de dos mil
años, con la más profunda emoción y con tanta mayor fuerza por el hecho
de que fue crucificado por ello (profunda agitación en la sala). Como
cristiano no tengo el deber de dejarme desollar, sino que tengo el deber
de ser un luchador por la verdad y el derecho".
El 1 de febrero de 1933, es decir, el día
siguiente a su nombramiento como Canciller afirmaba: "Quiera Dios
conceder su gracia a nuestra obra, orientar rectamente nuestra voluntad,
bendecir nuestras intenciones y colmarnos con la confianza de nuestro
pueblo".
Y en el primer discurso de Hitler en el
Reichstag, el 21 de marzo de 1933, en la iglesia de la guarnición de
Potsdam, terminó el Führer diciendo: "Quiera tambien la Providencia
concedernos el valor y la constancia que en este recinto sagrado para todo
aleman sentimos en torno nuestro, hombres que luchamos por la libertad y
la grandeza de nuestro pueblo, reunidos al pie de la tumba del más grande
de sus reyes". El 1 de mayo de 1933, ante dos millones de obreros
alemanes, dijo: "El pueblo alemán no es ya el pueblo sin honra, de
la desvergüenza, de la anarquía, de la pusilanimidad y de la
incredulidad. No, Señor, el pueblo alemán es ya otra vez fuerte en su
voluntad, fuerte en su perseverancia, fuerte para sobrellevar todo
sacrificio. Señor, no nos apartamos de Ti ! Bendice nuestra lucha por
nuestra libertad y con ello por nuestro pueblo y nuestra Patria".
En el Congreso de Nüremberg de 1935 decía:
"Nuestras catedrales son los eternos testimonios de nuestra pasada
grandeza". Y ya en la guerra, el 6 de octubre de 1939: "Como
Führer del pueblo alemán y Canciller del Reich únicamente puedo en
estos instantes dar gracias a Dios por haberme dado su milagrosa
bendición en nuestra primera y dura lucha por nuestros derechos y rogarle
que nos ayude a encontar el camino verdadero, así como el de todos los
demas, a fin de que no sólo el pueblo alemán, sino toda Europa, gocen de
una felicidad en la paz". El 30 de enero de 1942, eran sus palabras
finales: "Y vos, Señor, dadnos fuerza para defender la libertad de nuestro
pueblo, de nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos. Y no
solo a nuestro pueblo alemán, sino tambien a toda Europa".
El 30 de enero de 1944, decía: "Por eso,
cuanto mayores sean hoy las preocupaciones, tanto más alto apreciará,
juzgará y recompensará el Todopoderoso a los que frente a un mundo de
enemigos han enarbolado en sus leales manos la bandera y han
avanzado resueltamente con ella". Tambien el último discurso de
Hitler está lleno de referencias al Todopoderoso y así, el 24 de
febrero de 1945, decía: "Frente al aniquilamiento
judeo-bolchevique y frente a sus asesinos de América y Occidente de
Europa, no hay más que un imperativo: poner en acción con fanatismo
extremo y enconada entereza hasta las últimas fuerzas que un Dios
bondadoso permite que el hombre encuentre en épocas graves para la
defensa de su vida".
El
partido y sus organizaciones:
La opinión del partido queda reflejada en el punto 24 de su programa que
dice: "Exigimos la libertad para todas las denominaciones religiosas
dentro del Estado mientras no representen un peligro para éste y no
militen contra los sentimientos morales de la raza alemana".
Este párrafo se refiere a organizaciones tipo "Testigos de Jehová"
o también a la religión judía. "El partido, defiende en su
carácter de tal, la idea del cristianismo positivo pero no se compromete,
en materia de credo, con ninguna confesión en particular. Combate el
materialismo judío infiltrado entre nosotros".
Respecto a las más conocidas organizaciones del Partido, la SA y la SS
podemos decir que los estandartes de las SA eran bendecidos por los
obispos y ademas uno de los puntos de dicha organización rezaba: "Nuestro
movimiento está decidido a proteger las dos confesiones: católica y
protestante".
En cuanto a las "terribles" SS, debe darse a conocer el texto
segundo de los juramentos que debian hacerse para ser miembro de ellas.
Este decía: "Crees en Dios?" y debia responderse: "Sí,
creo en un Dios Todopoderoso".
Se ha dicho que los niños de las Juventudes Hitlerianas eran enseñados
con canciones ateas. Ahora bien, hemos localizado un centenar de canciones, antiguas y modernas
(algunas compuestas por el propio Baldur von Schirach, jefe de las mismas) en las cuales la religiosidad es evidente
y la palabra Dios se repite con frecuencia.
Creemos
en Europa,
creemos
en el nuevo orden,
creemos
en la juventud,
creemos
en el triunfo de lo bueno,
porque
creemos en Dios
Baldur
von Schirach
|
Joseph Goebbels: Hijo de padres católicos, Goebbels recibió una
educación de tal caracter religioso. Ya en su juventud obtuvo una especie
de beca de una organización católica llamada "Alberto Magno" y
llegado al poder mantuvo siempre una actitud moderada. El Dr. Goebbels es
autor de numerosas obras y es de la titulada "El comunismo sin
máscara" de la que extraemos lo siguiente: "El bolcheviquismo
niega la religión por principio, fundamentalmente y de antemano y no ve
en ella más que opio para el pueblo. El nacionalsocialismo, por el
contrario, con su tolerancia, respecto a las confesiones, propugna un
idealismo creyente y trascendental".
En su obra: "El bolchevismo en la teoría y en la práctica",
hablando sobre los sucesos ocurridos en España, escribe: "Es
difícil formarse idea exacta de los detalles espantosos que llegan hasta
nosotros relativos a ejecuciones de sacerdotes y atentados vergonzosos
contra religiosos, por parte de anarquistas y comunistas. Este es el
verdadero aspecto del ateísmo bolchevique, que todavía se atreve, en
algunos países, a colaborar con las Iglesias. Pero los cadáveres de las
religiosas sacadas de sus ataúdes constituyen un exponente de lo que es
capaz el bolchevismo". Al contrario de los que ocurría en todo
el mundo, Goebbels, en esta obra -leída en el Congreso de Nüremberg de
1936- denuncia el horrendo crimen.
El día 19 de abril de 1945, diez días antes de morir y cuando los rusos
se hallaban ya a las puertas de Berlín, decía Goebbels: "Debemos
dar una y otra vez gracias a Dios de que en tan terribles tiempos nos haya
concedido a un verdadero Führer". Y el 3 de diciembre de 1928
había escrito: "El movimiento Nacionalsocialista se funda en un
cristianismo positivo sin atarse a una determinada confesión. En él
tiene su puesto tanto el protestante como el católico y el
cristiano-aleman".
Rudolf Hess: El prisionero de la paz, no era -al igual que otros
dirigentes nacionalsocialistas- partidario de una determinada religión,
manteniendo, casi por tradición, la recibida por sus padres. Pero ello no
era obstáculo para tener un verdadero conocimiento de la existencia de
Dios y de su bondad infinita y, como no, de su justicia divina.
Precisamente a este respecto es conveniente recordar sus últimas palabras
en el juicio de Nüremberg, donde declaró: "Soy feliz de saber que
he cumplido con mi deber frente a mi pueblo....mi deber como alemán, como
nacionalsocialista y fiel colaborador del Führer. No me arrepiento de
nada. Si me hallara al principio volvería a actuar como lo he hecho.
Siento la mayor indiferencia por las decisiones de los hombres: algún dia
compareceré ante Dios para rendirle cuentas y se que Él me declarará
inocente".
Heinrich Himmler: Era sobrino del famoso jesuita P. Himmler, hijo del
director de la Escuela católica de Munich y hermano de un monje
benedictino que vivía en el monasterio de Mariaalach. En sus discursos
mencionaba frecuentemente a Dios. En su discurso del 19 de octubre de 1944
decía: "Nuestro Señor ha creado los pueblos, que no son invención
de la voluntad humana. En un devenir creador de milenios, nació, segun
sus altos designios, el pueblo aleman, con sus ricos dones, su bella
patria y sus difíciles condiciones de vida. Sin limitaciones nos
doblegamos ante la Ley Eterna y con ella ante la Patria".
Wilhelm Frick: Frick, ministro de las leyes raciales, era tambien un
creyente. Llegó incluso a redactar oraciones. Una de ellas decía: "Señor,
líbranos de la mentira y de la traición. Yo se que la falta de Dios y la
falta de Patria aniquilan a nuestro Pueblo".
Hermann Goering: Ministro del Aire. Héroe de la Primera Guerra Muncial.
Dijo en Viena el 26 de marzo de 1938: "Se afirma: ahora es
exterminada la religión, ahora es eliminada la fe! Pues entonces que se
me enseñe la iglesia que, como ha ocurrido en España, haya sido
destruída o incendiada. Que se me muestre a los sacerdotes que hayan sido
torturados o desollados. Que se me enseñe una iglesia que haya sido
cerrada y en la cual los fieles no pueden rezar. Que se me muestre a un
sacerdote al que se le haya impedido dedicarse a sus funciones
sacerdotales o que haya sido arrastrado por las calles, despues de haber
sido decapitado, como hicieron los comunistas en España. Si fue detenido
un sacerdote, esto no ocurrió por dedicarse a sus misiones sacerdotales,
sino porque se hizo demasiado mundano. Sólo queremos que se efectue una
clara separación. La Iglesia tiene sus funciones determinadas, muy
importantes y muy necesarias y el Estado y el Movimiento tienen otras
misiones igualmente importantes y decisivas. Si hubiesemos sido
antirreligiosos o anticreyentes, habría estado con nuestro movimiento la
bendición del Todopoderoso? Hemos empleado toda la fuerza de nuestro
sentimiento religioso para poder mantenernos firmes en la terrible lucha!
Creen que esto habría sido posible sin nuestra más profunda fe en Dios,
en el Todopoderoso?"
Alfred Rosemberg: Ha sido considerado el máximo enemigo de las religiones.
Si tenemos en cuenta que Rosemberg jamás poseyó influencia decisiva en
la política, puesto que nunca ocupó puesto relevante alguno, parece
asombroso conceder tanta importancia a su obra: "El Mito del Siglo
XX". De ella se llegaron a hacer 800 mil ejemplares. Pero las
ediciones del libro de Hitler "Mi Lucha" - que como hemos
probado era netamente favorable a las religiones- llegaron a superar, ya
en 1943, los diez millones de ejemplares, hasta llegar al extremo de ser
considerado el libro más vendido despues de la Biblia.
2.-
La Posición de la Iglesia frente al partido
El
Concordato:
Ya en el primer año de gobierno nacionalsocialista se logró lo que los
otros gobiernos precedentes no habian conseguido: firmar un Concordato con
la Iglesia Católica. Esta circunstancia echaba por los suelos las
teorías democráticas de una supuesta enemistad entre ambos organismos.
Entre los diversos apartados del Concordato se hallaba la reglamentación
del impuesto de culto y su cobro y las distintas protecciones a la Iglesia
y a sus ministros.
En el texto del Concordato puede leerse: "En virtud de las normas del
Concordato el hábito religioso será protegido por una disposición civil,
del mismo modo que lo estan los uniformes oficiales. El Estado sufragaba
además los gastos de las facultades de Teología existentes en las
Universidades alemanas que eran ocho, aparte de otros seis centros de
menores dimensiones.
La prensa "aliada" vociferaba contra el nacionalsocialismo por
supuestas restricciones en Polonia. En una carta que no llegó a ser
publicada en el diario "La Verdad" de Murcia, D. José Antonio
Vidal Gadea, miembro de la División Azul y caballero de la Cruz de Hierro
confirmaba que en los territorios bajo jurisdicción de Rosemberg: "Estuve
durante el mandato aleman en primera línea y recorrí (no precisamente
por deporte) diversos hospitales situados en ciudades alemanas, así como
de naciones bálticas y pude comprobar la celebración
de Misas y Oficios en los templos cristianos. Un detalle interesante es
que a bastante distancia de los templos se colocaban letreros advirtiendo
su proximidad y ordenando silencio para no perturbar las prácticas
religiosas.... Las unidades alemanas contaban todas con capellanes de
acuerdo con el credo religioso de sus componentes... En el equipo de los
combatientes católicos se incluía un anillo con un "decena"
para el rezo del Santo Rosario". Debemos añadir que, como es sabido,
todos los soldados llevaban en su cinturón la tradicional frase "Gott
mit uns" que significa "Dios con nosotros".
Opiniones
de religiosos:
En el folleto titulado "Por qué el Eje ganará la guerra? Polémica
y razón de la Europa cristiana" que venía a representar la forma de
pensar de muchos sacerdotes, decía: "Si Hitler no hubiese forjado la
actual Alemania, Europa se encontraría indefensa frente al comunismo y
como la subida al poder de Hitler no puede explicarse humanamente, debemos
concluir que el Dios de las Victorias coloca a Adolf Hitler en el poder
para ser el salvador de la Civilización y del Cristianismo".
El presbítero José Manuel Vega y Diaz, exclama en su obra "La plaga
maldita del comunismo": "Ojalá que los ejércitos del Eje y sus
aliados venzan y hagan desaparecer esta plaga maldita que ha roído la
existencia de la humanidad en sus mismas entrañas!".
El reverendo M. Yate Allen, inglés, decía: "Es porque soy sacerdote
y porque creo firmemente en la religión cristiana por lo que acojo con
regocijo y doy gracias al Todopoderoso por lo que ha sido llevado a cabo
por Mussolini y Hitler". Y el reverendo Geoffrey Dymock,
vicario de St. Bede, Bristol, hablando sobre la Alemania de Hitler la
calificaba como "una de las grandes razas de Europa que ha conseguido
desembarazarse de las penas de una vil esclavitud de la finanza
internacional". El Nuncio Pacelli -despues Papa- dijo a Hitler,
con motivo de la felicitación del Año Nuevo -segun el semanario
"Der Ring"- "Ud. excelencia, es el salvador del Pueblo
alemán enviado por Dios". En 1942, con motivo de la guerra en Rusia,
los obispos alemanes declararon: "Una victoria sobre el bolchevismo
sería comparable al triunfo de la enseñanza de Jesus sobre los infieles".
El sacerdote de Breslau, Dr. Nieborowski que escribió: "El triunfo
de Hitler ha sido el triunfo del cristianismo amenazado de inminente
peligro en Alemania y en Europa. La Iglesia Católica debe arrodillarse
para dar gracias al Todopoderoso por esta salvación... A nuestros ojos y
en sentido cristiano y católico, Hitler es un instrumento de la
Providencia".
Dato final. Durante una exposición en Munich fue retirada de la sala una
imagen de Cristo Crucificado, verdaderamente vergonzosa por intervención
de los nacionalsocialistas. Sin embargo unos años antes, en plena
democracia, fue escarnecido el cristianismo y la Iglesia Católica de la
forma más aberrante y escandalosa en una "Exposición de
librepensadores internacionales" en verano de 1930, sin que se
produjese ninguna queja por parte del partido del Centro que se suponía
católico. Muchos años más tarde, en 1967, restituída la "libertad"
en Alemania, en otra exposición se presentó una serie de caricaturas
obscenas y en una de ellas se mostraba a Cristo crucificado guiñando el
ojo a una monja que correspondía mostrándoles el pecho desnudo. Cada uno
juzgue. En 1930 como en 1967, nadie protestó, puesto que sólo el Partido
Nacionalsocialista (1933-1945) podría haberlo hecho. Para los
demás partidos, burlarse de lo que sea incluso de Cristo, constituye una
muestra de libertad. Para el nacionalsocialismo, los cuadros blasfemos
significaban un insulto para todos los que desde hace cientos de años
habian muerto en defensa de los ideales de la Cristiandad.
J.
Aguilar y J. M. Asensi - "Hitler y la Iglesia"
No hay comentarios:
Publicar un comentario