Los Catalanes se han sentido católicos desde tiempos inmemoriales, lo seguimos siendo, los que amamos a Cataluña con amor sincero. Los estelados, como desconocen nuestra historia, no aman a Cataluña porque no se puede amar lo que no se conoce. Esos ciudadanos que viven en nuestras tierras, se han tragado el mito de que los castellanos, andaluces o extremeños odian a Cataluña y que por lo tanto ellos odian al resto de España. Pero nosotros catalanes de estirpe y de nuevas generaciones, sabemos perfectamente que nadie nos odia por ser catalanes. Aunque también es verdad que en todas partes hay descerebrados, como los tenemos en nuestra tierra.
Esos estelados ni hablan, ni escriben nada de nuestros santos, héroes y mártires de la Iglesia Católica en Cataluña. Ni conocen la literatura de los grandes autores catalanes, como Torras y Bages y su Tradició catalana; no conocen a mosén Cinto Verdaguer, Balmes… No son hijos de la Cataluña Tradicional y cristiana, son hijos de las ideologías antinaturales y anticristianas de la Revolución Francesa, contra las que lucharon nuestros antepasados. Nosotros sabemos que los catalanes tenemos fama de honrados, trabajadores y emprendedores, entre el resto de los españoles bien nacidos.
Los ideólogos apátridas y los sin Dios manipulan, con todos sus grandes medios, a los ciudadanos sencillos que aún creen en la buena intención de las personas.
Y no pueden tener buena intención los que promueven y legislan leyes
tan antinaturales y antidivinas como el aborto, el divorcio, la
experimentación con embriones etc. El Dios de esos ideólogos es su vientre y el becerro de oro, el capitalismo salvaje, de la Internacional de los sin Dios que está sometiendo a los pueblos bajo su yugo totalitario. A España también.
Acción Universitaria Contracorriente
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