Enviado por Jose Luis Corral
Un año
más, ya son 76, han sido conmemorados los heroicos legionarios rumanos Ion Mota
y Vassile Marín, caídos gloriosamente, luchando en la Cruzada Nacional de
Liberación en defensa de Dios, España y Rumanía. En el monumento que se yergue
en su memoria en Majadahonda se han vuelto a dar cita los camaradas convocados
por la "Asociación de amistad Hispano-Rumana", en una mañana soleada
y clara, ventosa y fría.
Los
popes rumanos, ortodoxos y greco-católico, han recitado las oraciones
acostumbradas, bendiciendo también los alimentos y la bebida que se ofrecerían
al final, como signo de comunión y de honra para los difuntos.
Una
formación de jóvenes abanderados rumanos cubría todo el lateral, haciendo una
guardia de honor.
El Pope
Mirtea habló en rumano, elogiando la gesta anticomunista de quienes tanto
hubieron de sufrir por defender los principios cristianos.
Por su
parte, el Padre Marius Visofan, greco-católico, habló en español, alabando
también la gesta de Ion Mota y Vassile Marín, que dieron una dimensión
universal a la Legión de San Miguel Arcángel. En este sentido, recordó las
palabras del Papa Pío XII cuando concluyó la guerra, dando gracias a Dios por
la paz y por la victoria
de las armas cristianas. Asimismo, las palabras elogiosas de Pablo VI hacia
España y hacia Franco con motivo de la reconstrucción del monumento al Sagrado
Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles, renovando la consagración de
España al Sagrado Corazón.
Una
intervención muy especial este año fue la de Marcel Petrisor, que pasó 15 años
en las cárceles comunistas, habló en perfecto español para agradecer este
recuerdo a los héroes y para testimoniar la verdad y la justicia de aquellos
ideales que se defendieron y que tenemos que seguir defendido actualmente.
Tras los
discursos rumanos se cantó el
Himno de la Guardia de Hierro.
Después,
fue Miguel Menéndez Piñar quien leyó un mensaje de su abuelo, Blas Piñar, que
se congratuló de que aún siga habiendo fieles que continúen recordando aquella
gloriosa lucha en la que tantos de los mejores dieron su vida. Recordó los
tiempos primeros del acto, cuando se construyó el monumento y alentó a todos a seguir
fieles a tan altos ideales.
Por último,
el "Cara al sol" puso un digno broche final al acto.
Algunos
aprovecharon los calendarios de AJE para cantar el himno bien.
Y al
final, la clásica foto de los abanderados ante el monumento.
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