viernes, 5 de abril de 2013

El Papa Francisco aprueba la beatificación de 58 mártires españoles

Estas causas de beatificación se encuentran entre las miles por la persecución religiosa entre 1934 y 1939
El Papa Francisco da una sorpresa por día. La de este Jueves Santo ha sido su interés por las causas de los santos, aprobando la beatificación de 58 mártires de la persecución religiosa en España y otros tres mártires asesinados en el campo de concentración de Dachau, Italia, Hungría y Rumanía. Todos ellos serán elevados a los altares en sus respectivos países a lo largo de este año.
El Santo Padre declaró también la heroicidad de las virtudes de dos sacerdotes españoles, Eladio Mozas Santamera (1837-1897), fundador de las Hermanas Josefinas de la Santísima Trinidad, y el madrileño Manuel Aparici Navarro (1902-1964), presidente de los jóvenes de Acción Católica de 1934 a 1941, atravesando la tremenda época de la Guerra Civil, en la que promovió, de acuerdo con el Papa Pío XI, una masiva peregrinación de jóvenes a Santiago de Compostela en 1937.
La declaración de sus «virtudes heroicas» otorga a ambos sacerdotes el título de «venerable», pero es necesario un milagro para que se les pueda declarar beatos y comenzar así el culto público en las respectivas diócesis o familias religiosas.

Los mártires

Los 58 mártires españoles cuya beatificación autorizó Francisco son Manuel Basulto Jiménez, obispo de Jaén, y cinco compañeros; José Máximo Moro Briz y cuatro compañeros sacerdotes de la diócesis de Ávila; Joaquín Jovaní Marín y 14 compañeros de la Sociedad de Sacerdotes Operarios Diocesanos; y el padre capuchino Andrés de Palazuelo junto con 31 compañeros.
Estas causas de beatificación de mártires españoles figuran entre los varios miles de causas de beatificación y canonización abiertas a raíz de episodios de persecución religiosa que van desde 1934 hasta 1939. El mártir de Rumania y el de Hungría corresponden a persecuciones en la Europa comunista después de la Segunda Guerra Mundial.
El mártir italiano, Rolando Rivi (1931-1945) es un seminarista de 14 años asesinado por partisanos comunistas en el norte de Italia en abril de 1945. Es muy conocido por las fotos con sotana y sombrero negro, que vestían entonces los seminaristas. El día que desapareció, su padre y el párroco salieron a buscarlo por los alrededores. Se cruzaron con un jefe de los partisanos que les dijo: «Lo he matado yo, y estoy muy tranquilo».

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