Quienes poseemos cierto grado de consciencia colectiva, patriotismo
y una acérrima critica y lucha contra el sistema capital imperante, es
primordial que día a día nos cuestionemos los medios y las formas de
actuar ante un aparataje globalizado el cual busca que
quienes luchan contra su hegemonía, seamos acreedores de cierto tipo de
practicas las cuales pretenden mantenernos alienados en reacciones que
nos alejen de los objetivos que pretendemos.
En la lógica de las políticas globalizadas, es primordial la necesidad de inventarse un enemigo interno (una especie de la Doctrina
de Seguridad Nacional), que este constantemente “cuestionando” el
sistema y realizando distintas practicas para mostrar públicamente su
lucha anti sistémica. La invención de
este enemigo conlleva a que el sistema lo ampare y lo fomente dentro de
las distintas instituciones y mecanismos que lo componen, ya sea por
medio del sistema mercantilista de consumo, sistema culturales, las
modas, etc., pues es necesario asegurarse del control indirecto de este “enemigo antisistema”, y asegurarse que este se mantenga vivo y operante ante la opinión publica y los medios de comunicación masiva.
Para el sistema es necesario infiltrar a este “enemigo antisistema”,
en las filas de los grupos “supuestamente” más contestatarios de la
sociedad (Movimientos de Izquierda, Anarquistas, Antifascistas, etc.),
también debe asegurarse de que estos sean capaces en sus modus operandi
de causar los daños que ellos de ante mano desean obtener, es decir,
daños que puedan ser mediáticos ante la opinión publica, ya sea bombas
de ruido, atentados explosivos a cajeros automáticos, destrozos y caos
en las conmemoraciones del 11 de Septiembre, el Día del joven
“combatiente”, etc. Es decir, acciones que sean reprochables ante la
opinión pública, pero que no generen ningún cambio social potencialmente
riesgoso para el sistema.

Ayer a en Santiago, entre 20 a
30 personas encapuchadas ingresaron a una farmacia Cruz Verde y
realizaron un ataque sorpresa con piedras, botellas con pinturas, bombas
molotov y diversos artículos que servían para causar algún tipo de
daño, sembrando por alrededor de 20 minutos el desconcierto y pánico
ante los trabajadores y clientes que se encontraban en el interior de la
farmacia.
Creo
que posiblemente, una gran cantidad de la población chilena mantiene
cierto descontento contra las farmacias y su conocido robo que nos
realizaron por varios meses respecto a los precios de los remedios,
respecto a eso, cualquier juicio y manifestación ante tal canallada
puede ser sumamente validad, pero en el marco en que se realiza este atentado por parte de un grupo “antisistema”, ¿se realiza realmente algún daño a la cadena de farmacias o un daño a alguna fracción de la estructura del sistema.? La respuesta ha de ser bien clara y rotunda ¡NO!
Las
cadenas de farmacias cuentan con unos exacerbados capitales y seguros
que cubren todo estos tipos de daños a nivel de infraestructuras, y
lamentablemente, aun que a muchos no les guste, este miserable ataque y
como muchos otros, no representa ningún daño para la estructura del
sistema capitalista.
Los
únicos que se ven realmente afectados son los trabajadores y clientela
asistente. Si los trabajadores no renuncian o no toman licencia, de
seguro que se van a encontrar
trabajando bajo un nivel de pánico horrible a futuro, y que decir la
clientela, que va a pensar más de dos veces el salir de su casa.
Si los grupos anarquistas y antifascistas entienden estos efectos como logros, entonces
debo decir que su altura de miras es muy pobre. Yo me pregunto si acaso
los atacantes de esta farmacia no pensaron en la integridad de las
personas que ahí se encontraban, no pensaron que podrían fácilmente
haber matado a alguien de un piedrazo a botellazo o estallido de una
bomba molotov en la cabeza de alguna persona. No pensaron en que las
personas asistentes en esta farmacia son solo simples trabajadores y
clientes de un sistema de consumo que les impone la subsistencia.
Si
realmente pensaron que con esa acción logarían causarle daño a la
estructura del sistema o si realmente iban a conseguir apoyo popular por
parte de la población, rompiendo de esta manera las cadenas de la
alienación sistémica, lamentablemente, están muy equivocados.
Debemos
ser muy críticos ante esto, pues, desde hace ya varios años desde que
se instala la democracia acá en Chile, que se ve diversas practicas de
grupos denominados anarquistas y antifascistas los cuales bajo los
estandartes de la lucha contra el capital, vienen desempeñando practicas
de este tipo, las cuales realmente nunca lograran un descalabre
financiero el cual si realmente puede provocarle daños a la bestia
llamada capitalismo y generar así un caos dentro de la estructura del
sistema. Sus practicas para luchar contra el neoliberalismo, no pasan
más allá de simples acciones delictuales que solo generan caos y miedo
en el común de la población. Por lo demás, sus modus operandi solamente
responden a los intereses y temores que el sistema desea crear para
mantenernos atemorizados.
Ya
lo hemos dicho en ocasiones anteriores, los grupos anarquistas y
antifascistas fueron delincuentes patrocinados y fomentados por el
sistema, ahora en la actualidad acercándose a rasgos cuasi terroristas.

Mientras
estos sigan sirviendo a los intereses del capital, nunca nadie los
reprimirá, a lo más, tomaran detenidos a un par de sujetos, los
formalizaran y los dejaran en libertad. Si
no lo creen, recuerden tiempo atrás cuando unos Okupas agredieron a dos
funcionarios de seguridad ciudadana, a las horas de su detención todos
los sujetos quedaron en libertad.
En
conclusión, el sistema se inventa sus supuestos peligros y enemigos,
pero a su vez los fomenta y protege. Pero quienes realmente luchamos
contra el sistema y somos capaces de criticarlo despertando las mentes
de las personas a través de la libre expresión, somos perseguidos y
encarcelados como los peores de los delincuentes, por que realmente a
través de las ideas y las palabras, presentamos un peligro para la
estructura del sistema.
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